Si estás pensando en vender tu pyme, uno de los procesos más relevantes es calcular cuánto vale. Tasar los bienes materiales no suele entrañar grandes complicaciones. Sin embargo, son muchos los empresarios que no dan valor, no tienen en cuenta o no tienen identificados a otro tipo de activos que son también igual o más importantes si cabe, son los activos intangibles.
Según un informe de la consultora Brand Finance, el año pasado el valor de los intangibles en las empresas españolas representaba casi un tercio del total. Ciertamente, el peso ha caído (nueve puntos en un ejercicio) por la situación de incertidumbre económica, pero como se puede comprobar sigue siendo importante.
¿Y qué son los activos intangibles de una compañía? Como su propio nombre indica, son bienes no físicos, no se pueden tocar porque no son materiales, pero sí representan un valor económico para la empresa.
Un activo intangible tiene que cumplir tres requisitos: ser identificable, tenerlo controlado y que aporte un beneficio económico.
Esto supone que el activo pueda ser transaccionado, es decir, pueda ser vendido, cedido o arrendado, lo que significa que ese activo intangible puede ser separable.
Que la empresa pueda ejercer derechos sobre el activo, realizar algún tipo de reclamación sobre el mismo, como es el caso de patentes o royalties.
El activo debe aportar algún beneficio económico al balance de la empresa. Es decir, ahorro de costes, aumento de la productividad, sinergias, por ejemplo.
Forman parte de ella las patentes, la marca, los derechos de autor y los secretos empresariales, entre otros.
Las patentes son esos derechos exclusivos reconocidos a nivel administrativo que protegen los inventos de la organización durante un tiempo concreto.
Por su parte, la marca, si la has trabajado, es un signo distintivo que proporciona identidad y prestigio en el mercado.
Igualmente, son relevantes los derechos de autor según el sector al que pertenezcas, ya que protegen legalmente tu obra.
Y, por último, los secretos comerciales abarcan desde una fórmula hasta una cartera de clientes, pasando por la forma personal en la que ejecutas un proceso en tu empresa.
Representa el prestigio de la empresa y la fidelidad de los clientes y proveedores, entre otros.
Son todos los bienes intangibles como el software desarrollado por una empresa y el hardware con el que cuenta o patentes tecnológicas.
Forman parte de las relaciones que mantengas con todos tus stakeholders: clientes, proveedores, socios y distribuidores.
Son los conocimientos y experiencia de los trabajadores e incluye los contratos de confidencialidad que se hayan firmado.
Se deben integrar los gastos de I+D, así como los relacionados con la innovación en el sector.
Consta de los contratos de licencia o franquicias, además de los acuerdos de distribución.
Consiste en la capacidad que tiene una empresa de generar beneficios futuros a través de sus trabajadores, fidelización de clientes o patentes, entre otros.
Este es un valor que muchas veces no se tiene en cuenta, sobre todo, si has efectuado estrategias de posicionamiento SEO y de marketing online. También se consideran las promociones de servicios y productos.
Se trata de toda la burocracia que tuviste que hacer para conseguir el permiso de actividad o licencias para operar con ciertos sectores.
Podemos destacar los siguientes:
Sin duda, el primero tiene que ver con un aumento de las ventas vía apertura de nuevos negocios, como podría ser el caso de franquiciar la actividad, lanzar una patente al mercado, generar algún derecho de autor o que el valor de la marcha permita que el cliente esté dispuesto a pagar más por un producto o servicio.
Hoy en día de una forma u otro los software contribuyen a aumentar la productividad haciendo más eficientes los procesos. Tecnologías como la Inteligencia Artificial y su capacidad de automatización disminuyen tareas manuales y ayudan a los profesionales a agilizar su trabajo y a tomar decisiones más rápidas.
En paralelo a lo anterior, esa eficiencia de los software también ayudan a reducir costes a las empresas, lo que redunda en la competitividad de las mismas.
Como puedes comprobar, es muy importante tener identificados los activos intangibles de tu empresa para ponerlos en valor y utilizarlos como palanca de crecimiento. Si los tienes ya detectados y controlados, aquí puedes valorar tu empresa en dos minutos de forma gratuita y confidencial.