Diversificación, economías de escala, reducir el número de competidores… los motivos de las fusiones y adquisiciones (M&A, en sus siglas en inglés) son diferentes y requieren de estrategias adaptadas a la finalidad. Vamos a ver las 5 estrategias de M&A más comunes y cuándo se utilizan.
Cada una de las siguientes estrategias tienen sus ventajas y sus desventajas. No todas sirven para los mismos objetivos, por eso es necesario conocer en detalle lo que persigue cada una de ellas y en qué casos es más recomendable utilizarlas dentro de un proceso de M&A.
Las fusiones horizontales no hacen tanta referencia al tamaño de las compañías, como puede pensarse, sino al sector. Es un proceso que tiene como finalidad aumentar la cuota de mercado, reducir los costes y mejorar la competitividad de ambas al buscar sinergias.
Quizá se vea mejor con un ejemplo. Cuando un banco decide adquirir o fusionarse con otro, aumenta su cuota de mercado, toma los puntos fuertes del otro competidor para reforzar su posición, se reducen costes al eliminar duplicidades (oficinas y empleos) y se convierte en una entidad, potencialmente, más competitiva, grande y fuerte. Posiblemente también salga reforzada su imagen de marca y su presencia en determinadas áreas financieras.
Las fusiones horizontales tienen sentido siempre y cuando el resultado del M&A busque aumentar el tamaño, ganar músculo financiero y elevar la cuota de mercado. Puede darse en todos los sectores y en todos los tamaños de empresa.
Probablemente las fusiones o adquisiciones verticales sean menos conocidas. Se producen entre compañías que operan en diferentes fases dentro de una misma cadena de suministro. La finalidad es asegurar materias e insumos, reducir costes o controlar la comercialización y distribución. Ya que estas fusiones pueden ser tanto hacia atrás como hacia delante. Es decir, puede que un distribuidor absorba a un proveedor o viceversa.
Un ejemplo de este tipo de M&A puede darse cuando un fabricante de automóviles compra a la empresa que fabrica uno de los componentes de sus coches, como las baterías. De esta manera, se garantizaría tener siempre disponible ese material y, adicionalmente, dificultar el acceso a las baterías de sus competidores.
En tercer lugar, nos encontramos con las adquisiciones de conglomerado, que hacen referencia a la compra o fusión con otra empresa que no tiene relación con el negocio principal. De esta manera, la matriz se asegura tener presencia en otros sectores para diversificar y reducir su riesgo financiero, además de aumentar los beneficios, la base de clientes y buscar posibles sinergias futuras, aunque este último punto no es la principal razón de ser.
Imagina una empresa de energía renovable y paneles solares que decide adquirir otra de alimentos orgánicos y suplementos nutricionales. La motivación es la diversificación de ingresos, no depender sólo del sector energético, expandirse a nuevos mercados y explorar sinergias estratégicas: ambas pueden explotar su imagen de sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.
Aunque el M&A por diversificación puede parecerse al anterior, tiene diferencias. En este caso, la operación se hace con mercados o industrias relacionas con el negocio principal, aunque no tengan la misma actividad. En esta operación se buscan las sinergias para sacar un beneficio común y mejorar la oferta de servicios o de productos.
Suele ser común en el sector tecnológico, aunque no es exclusivo. Por ejemplo, cuando una gran empresa de software compra una enfocada en la ciberseguridad se da como resultado que la empresa matriz sale reforzada al adquirir servicios de otra compañía. Es decir, aquí las sinergias son mucho mayores y el resultado obtenido es que la matriz diversifica el negocio y refuerza su posición.
En este caso se busca la unificación de empresas dentro de un sector fragmentado para ganar cuota de mercado. Es parecida a la primera de las estrategias, ya que también busca crear una estructura más fuerte, eficiente y aumentar su cuota de mercado, eliminando competidores. Aquí, la diferencia es que, aunque estén en el mismo sector, pueden ser compañías que no se dediquen a lo mismo.
Un caso típico es la consolidación en el sector hospitalario, donde grupos de clínicas pequeñas se fusionan con hospitales más grandes para ofrecer mejores servicios y optimizar recursos.
Aunque cada una de estas estrategias de M&A es diferente, comparten rasgos en común como puede ser la expansión, la reducción de costes, el aumento de la cuota de mercado, la reducción de los riesgos financieros o del propio sector o el fortalecimiento del negocio principal. A la hora de elegir un tipo de estrategia dependerá del objetivo inicial que se quiera lograr al iniciar un proceso de M&A.