Cómo conseguir financiación para comprar una empresa

 Invertir ofrece un amplio abanico de posibilidades. Desde el mercado financiero, hasta activos inmobiliarios, pasando por el tejido empresarial. Este último, a su vez, aporta diversas alternativas adaptadas a cualquier bolsillo. Desde las menos costosas y sencillas, como la modalidad de deuda, hasta otras más sofisticadas y que requieren de un patrimonio mayor, como son los fondos de private equity. Inversiones en pymes que pueden llegar a reportar unas ganancias superiores al doble dígito. El último informe de SpainCap y EY sobre la rentabilidad de los fondos de capital privado en España pone de relieve que, en los últimos 15 años, la tasa interna de retorno (TIR) anualizada fue del 11,3% en 2022, lo que cuadruplica la del IBEX 35 y supera en más de un 70% al EuroStoxx 600.

Sin embargo, estos buenos datos encuentran un claro desafío para los inversores: conseguir financiación para comprar una pyme.

Quizá el mayor problema no sea encontrar una buena oportunidad de inversión, sino conseguir liquidez para poder llevar a cabo la inversión.

Pasos para conseguir financiación para comprar una pyme

1. Valoración de la empresa

El primer paso es la valoración de la empresa con la que analizar el potencial de rentabilidad y el periodo de amortización de la inversión y sopesar la viabilidad de la operación, tanto en términos de rendimiento como en capacidad para financiarla. 

2. Liquidez

Ahora que ya sabes lo que vale la empresa y el retorno que te puede generar, te toca responder a la pregunta sobre el volumen de liquidez. ¿Cuánto dinero necesitas para acometer la operación?, ¿dispones de fondos propios?, ¿necesitas fondos externos? (más adelante te detallamos perfiles de posibles fuentes de financiación).

3. Plan de negocio

Si necesitas financiación externa, necesitarás mostrar un plan de negocio detallado que justifique la viabilidad de la operación. Incluye:

• Objetivos de la adquisición.
• Proyecciones financieras y plan de pagos.
• Estrategia de gestión y crecimiento.
• Análisis de riesgos y soluciones.

Un buen plan de negocio mejora tu credibilidad y aumenta las probabilidades de obtener financiación para comprar una empresa.

4. Evalúa las fuentes de financiación disponibles

Existen varias opciones para financiar la compra de una empresa, desde las tradicionales de entidades bancarias, hasta la financiación alternativa. Se puede hacer un ‘all in’ en una de ellas, pero lo más habitual es conjugarlas. Las más comunes son:

Financiación bancaria: los bancos ofrecen préstamos específicos para adquisiciones. Sin embargo, en operaciones grandes, quizá no sea la mejor alternativa, o al menos no para hacer aquí un ‘all in’ bancario. Generalmente, los bancos pedirán ciertas garantías incluso personales, como tu propia vivienda. Con lo cual, puede tener ciertos riesgos a valorar. Estudia cuánto dinero te pueden conceder sin asumir riesgos personales, el plazo de amortización que te ofrecen y los tipos de interés. Si el préstamo es asumible y se puede devolver con los beneficios generados por la empresa, entonces es una alternativa a considerar, aunque solo sea para financiar una parte de la operación.

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Socios: otra vía tradicional es reunir el capital entre varios inversores de tu perfil que puede ser interesante para reducir la dependencia de terceras entidades. También existe la posibilidad de un socio industrial, una empresa competidora que le interese entrar en la operación para crecer y, así, eliminar rivales. 
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Inversores privados (private equity, business angels, venture capital): estos inversores aportan fondos a cambio de participación en la empresa o beneficios futuros. Pueden invertir de forma directa o a través del levantamiento de un fondo de inversión. Ahora bien, este proceso puede ser más complejo por la propia regulación y por el papel que quiera asumir el fondo en la operación. Pero, sin duda, son los que más músculo financiero pueden dar, y también más garantías para conseguir financiación de otros lados. Este tipo de financiación busca obtener grandes rentabilidades, pero además de eso, también cuentan con un equipo de asesoramiento estratégico potente, que puede ser un gran aliado para que la pyme crezca mucho más.
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SPV (Special Purpose Vehicle): las Sociedades de Propósito Especial son una alternativa menos conocida. Son unas empresas que se crean con un objetivo específico, como puede ser comprar otra pyme. Lo interesante es que funcionan de manera independiente y se desligan de otros negocios. Por ejemplo, si una compañía quiere comprar otra, puede hacerlo mediante una SPV para tener contabilidades separadas entre ambas. Así, si la inversión saliera mal, no repercute en el negocio principal. Es una manera que afrontar un proceso de M&A reduciendo los riesgos financieros, consiguiendo financiación específica para ese proyecto o iniciando una nueva andadura con otros socios.